domingo, 16 de noviembre de 2008

Nuestra Señora de la Salud- 16 de noviembre-




"Nuestra Señora de la Salud"
La Virgen María ha sido invocada como protectora de la Salud desde los primeros siglos.
San Sabas, en el año 530 narra que: En el Oriente, la Virgen era llamada "Auxiliadora de los enfermos" porque junto a ella se obraban muchas curaciones. Pero fue a partir del Siglo XIV y hasta el siglo XVII, cuando terribles pestes se esparcieron por toda Europa y Asia provocando la muerte de gran parte de la población, que muchos pueblos se encomendaron a la protección de la Virgen María pídiendo por su intercesión a Dios, que librara de tan temible azote. Al ser atendidas sus súplicas, y verse librados de la peste, en distintos lugares se erigieron en señal de agradecimiento, Grutas y Templos en Honor a la Virgen, dándole a María los títulos de Virgen de la Salud, Santa María de la Salud y Nuestra Señora de la Salud.
En los más diversos rincones del mundo, hoy María es invocada con este título. En algunos lugares la representan coronada de estrellas, con un cetro en la mano y vestimenta bordada en oro; en otros rodeados de ángeles, parada sobre nubes; en otros simple y sencilla con un manto cubriéndole la cabeza y las manos cruzadas sobre el pecho; en otros con la cabeza descubierta y los brazos extendidos sosteniendo al Niños Jesús. De distintas maneras, en distintos idiomas, con distintos nombres, pero siempre la misma Virgen María, atenta como en las Bodas de Caná a las necesidades de sus hijos y dispuesta a pedir por nosotros una vez más a su Hijo Jesucristo. Miles de católicos dispersos por el mundo acudimos día a día a ella, implorándole de corazón: ¡Corazón de la Salud, ruega por nosotros!.



Oh Virgen María, Salud de los enfermos,que has acompañado a Jesús en el camino del Calvarioy has permanecido junto a la cruz en la que moría tu Hijo,participando íntimamente de sus dolores,acoge nuestros sufrimientos y únelos a los de Él,para que las semillas esparcidas durante el Jubileosigan produciendo frutos abundantes en los años venideros.
Madre misericordiosa, con fe nos volvemos a Ti.Obtennos de tu Hijo el que podamos volver pronto,plenamente restablecidos, a nuestras ocupaciones,para hacernos útiles al prójimo con nuestro trabajo.Mientras tanto, quédate junto a nosotros en el momento de la prueba y ayúdanos a repetir cada día contigo nuestro "sí",seguros de que Dios sabe sacar de todo mal un bien más grande.
Virgen Inmaculada, haz que los frutos del Año Jubilarsean para nosotros y para nuestros seres queridos,prenda de un renovado empuje en la vida cristiana,para que en la contemplación del Rostro de Cristo Resucitadoencontremos la abundancia de la misericordia de Diosy la alegría de una comunión más plena con los hermanos,primicia de la alegría sin fin del Cielo. Amén!
Juan Pablo II